GIOVANNI BATTISTA SOMIS (1686-1763)
Sonatas para violín, Op. 1

Sonata no. 6 [D major]
1 Adagio
2 Allegro
3 Allegro

Sonata no. 9 [G minor]
4 Adagio
5 Allegro
6 Allegro

Sonata no. 5 [B flat major]
7 Adagio
8 Allegro
9 Allegro

Sonata no. 7 [E flat major]
10 Adagio
11 Allegro
12 Presto

Sonata no. 10 [C major]
13 Adagio
14 Allegro
15 Allegro

Sonata no. 2 [E minor]
16 Adagio
17 Allegro
18 Allegro

Sonata no. 1 [G minor]
19 Adagio
20 Allegro
21 Allegro

Sonata no. 12 [E major]
22 Adagio
23 Allegro
24 Allegro

Sonata no. 8 [A major]
25 Adagio
26 Allegro
27 Allegro

Sonata no. 4 [D minor]
28 Adagio
29 Allegro
30 Allegro

Sonata no. 3 [A minor]
31 Adagio
32 Allegro
33 Allegro

Sonata no. 11 [F major]
34 Adagio
35 Allegro
36 Allegro

—

Acerca de este CD

Mitzi Meyerson siente una especial predilección por los descubrimientos (o redescubrimientos) musicales, y el último de ellos, la Opera Prima de Giovanni Battista Somis, es tan fascinante como sus recientes grabaciones dedicadas a Richard Jones o Gottlieb Muffat. De hecho, la clavecinista se encontró por casualidad con esta colección de sonatas barrocas para violín –publicadas en 1717– mientras estaba investigando la música de Richard Jones en la British Library. Más joyas olvidadas del Barroco, pues, que ahora ha llevado al disco.

Somis trabajó para los Duques de Savoya, inicialmente en Turín a principios del siglo XVIII, pero estudió con Corelli en Roma, fue amigo de Vivaldi, y profesor de grandes violinistas, como Jean-Marie Leclair. Conocido como virtuoso del violín él mismo (y se dice que compuso 152 conciertos para el instrumento...), incluso llegó a tocar en el Concert Spirituel parisino. Su primera colección de sonatas, aquí grabada, está dedicada a la poderosa Regente de Savoya, Marie-Jeanne- Baptiste de Savoie, madre del futuro Duque, Vittorio Amedeo II. La música tiene a menudo tintes galantes y combina a la perfección elementos italianos y franceses.

Al lado de la violinista Kreeta-Maria Kentala y el chelista Lauri Pulakka, Meyerson se sumerge de pleno en el espíritu barroco de la transcripción y el arreglo para dotar de variedad a estas 12 sonatas en tres movimientos, con toda esa experiencia estilística y conocimiento que los músicos de nuestros días atesoran.