MOTETS
Música del norte de Francia: el mansucrito Cambrai A 410

01 Anónimo Aucuns vont souvent / Amor qui cor vulnerat / KYRIE ELEISON
02 Gobin de Rains (instr.) Pour le tens qui verdoie
03 Anónimo J’ai mis toute ma pensee lonc tens / Je n’en puis mais / PUERORUM
04 Anónimo Par une matinee / Mellis stilla / DOMINO
05 Eustache le Peintre de Rains (instr.) Nient plus que droiz
06 Anónimo O virgo pia / Lis ne glay / AMAT
07 Anónimo Dieus ou porrai je trouver merci / Che sont amouretes / OMNES
08 Anónimo Descendendo Dominus / Ascendendo Dominus / DOMINO
09 Anónimo O Maria virgo Davitica / O Maria maris stella / VERITATEM
10 Anónimo (instr.) J’ai mis toute ma pensee lonc tens / Je n’en puis mais / PUERORUM
11 Anónimo Ave lux luminum / Salve virgo rubens rosa / NEUMA
12 Eustache le Peintre de Rains (instr.) Cil qui chantent de fleur
13 Anónimo Plus bele que flor / Quant revient et fuelle et flor / L’autrier joer m’en alai / FLOS FILIUS EIUS
14 Anónimo Chorus innocentium / In Bethleem / IN BETHLEEM

—

Acerca de este CD

Con Motets, Björn Schmelzer y Graindelavoix concluyen su innovadora exploración de mundos musicales comparables al del artista procedente del norte de Francia Villard de Honnecourt, autor de un carnet o portfolio de dibujos realizados en conexión con las nuevas catedrales góticas que se construyeron en el siglo XIII. Los diagramas de Villard indican una actividad realizada de forma dinámica durante sus viajes, que encuentra su reflejo tanto en la elección del repertorio para Motets – piezas añadidas de forma aparentemente apresurada en el siglo XIII a un manuscrito del siglo XII encontrado en Cambrai (cerca del pueblo nativo de Villard) – y en el estilo interpretativo del conjunto belga, en continuo movimiento y buscando la interacción entre los diferentes sustratos de los textos biling�es, sacros y profanos, que sirven de base a estos diez motetes.

En el libreto se incluye otro de los impactantes e iconoclastas ensayos del director de Graindelavoix, Björn Schmelzer, que presenta la evolución del motete francés del siglo XIII desde una perspectiva radicalmente diferente: como espejo de la fascinación gótica por los autómatas y de la experiencia de moverse en el interior de las nuevas y enormes catedrales góticas, todo ello dentro del secretismo que rodea la memoria medieval y las tradiciones orales. En la conclusión de esta fascinante trilogía, Schmelzer subraya la importancia de la obra de Villard para nuestra comprensión acerca de la construcción de piezas musicales en el siglo XIII, y quizás acerca de su interpretación. Todo ello ideas subyacentes a las texturas vocales e instrumentales que nos ofrece Graindelavoix.