HENRY DESMAREST (1661-1741)

Grands Motets, vol. II (Éditions du Centre de Musique Baroque de Versailles)

1-10 De Profundis (psaume 129)
11-17 Veni Creator (hymne pour la fête de la Pentecôte)
18-26 Cum Invocarem (psaume 4)

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Acerca de este CD

Una vez más, Hervé Niquet nos permite descubrir algo nuevo: en el curso de los años, se ha convertido en uno de los maestros incontestables del gran motete francés. Mientras otros han edificado su carrera sobre las cantatas de Bach, Hervé Niquet ha decidido explorar exhaustivamente este género tan noble y refinado: Lully, Colasse, Charpentier, Campra, Lalande, Lorenzani, Boismortier, Rameau... y, claro está, Desmarest; compositores, todos ellos, que hicieron antaño la gloria de la corte de Francia y contribuyeron a llevar lejos el renombre del arte sagrado del Gran Siglo. He aquí, pues, a Hervé Niquet con tres motetes inéditos de un Henry Desmarest todavía joven –nació en 1661–, apenas algunos años tras su salida del cuerpo de pajes de la Capilla Real, donde creció en el contrapunto docto de Pierre Robert, y voluptuoso de Henry Du Mont (sus dos maestros), pero habiéndose, también, nutrido con los consejos y el ejemplo de Jean-Baptiste Lully. Favorito del rey, del delfín y de toda la corte, presentado como el más digno sucesor de Lully, Desmarest fue, sin embargo, uno de los primeros casos de compositor «negro» de la historia: entre 1683 y 1693, compuso obras que después firmaba Nicolas Goupillet, vicemaestro de capilla de Luis XIV, entre ellas las contenidas en este disco.

Estos tres motetes son unos momentos musicales de gran frescura, en los que Desmarest puede hacer relucir su carte du tendre, su gusto por el contrapunto docto y a la vez sabroso con una disposición sutil de las cinco voces. Utiliza las nuevas posibilidades vocales e instrumentales creadas para la Capilla de 1682, con esas masas llenas de colores contrastados, tornasolados, que exaltan el sonido. Estas tres obras son unos magníficos testimonios, prácticamente como lo harían unas fotografías, de la música del nuevo Versalles: elegante, refinada, desplegándose en el espacio con gravedad y majestad.