ANTONIO VIVALDI Sonate per violino, e basso per il cembalo Opus II. Venezia, 1709
Ensemble Aurora Enrico Gatti
GCD 921202
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Performing artists
Ensemble AuroraEnrico Gatti
Production details
Playing time 71'34 Recorded in Langhirano, Italy, in June 2005 Engineered and produced by Manuel Mohino Executive producer: Carlos Céster Booklet essay by Enrico GattiDesign 00:03:00 oficina tresminutosEnglish - Français - Italiano - Español - Deutsch
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ANTONIO VIVALDI (1678-1741) Sonate per violino, e basso per il cembalo (opus 2) Venezia, 1709
1-4 Sonata II 5-8 Sonata III 9-12 Sonata IV 13-15 Sonata VII 16-19 Sonata I 20-23 Sonata IX 24-26 Sonata V
Acerca de este CD
A pesar de las muchas opiniones publicadas sobre las obras "juveniles" de Vivaldi (convendría, de paso, mencionar que el autor tenía ya 30 años cuando esta colección vio la luz) señalando la deuda evidente que el prete rosso muestra tener con Corelli, un examen serio de las primeras colecciones, op. I y op. II, nos lleva sin duda alguna a reconocer la profunda originalidad del violinista veneciano. Su lenguaje es claro y transparente, y nos habla con extrema elegancia y mesura. Enrico Gatti: "Una de las características importantes de la música es su esencia aleatoria y efímera, la súbita pérdida de memoria apenas acabada la ejecución, y el perfume de su origen. Aquí emerge la responsabilidad del artista, cuando este artista se convierte en el 'intérprete' del compositor, es decir, cuando intenta traducir el lenguaje del compositor, hecho de signos, en vez de ser únicamente el portavoz de sí mismo (o de las propias furias histéricas, de la propia sed de notoriedad y dinero). La música de Venecia no es esa música magra, seca y cortante a la que nos ha habituado el sonido de estos últimos años: sería demasiado simple ver en ella únicamente la imagen del rock del siglo XVIII, basada en una estructura fuertemente ritmada, en unos tiempos sin límites de velocidad y que echa a correr con una imaginación desenfrenada, autorizándose cualquier tipo de provocación. (...) La responsabilidad del artista, por lo tanto, consiste en volver a proponer a la sociedad coetánea una imagen plausible -y que corresponda lo más posible a la verdad- de aquella sociedad en su ocaso, pues es bella y atrayente por su misterio, melancólica o resplandeciente como lo es su pintura..."