ZOLTÁN KODÁLY (1882-1967)

Missa Brevis

1 Introitus
2 Kyrie
3 Gloria
4 Credo
5 Sanctus
6 Benedictus
7 Agnus
8 Ite missa est

9 Psalm 121 (I will lift up)
10 Psalm 114 (Hogy izrael)
11 Jézus és a kufárok
12 Székely Keserves (piano)
13 Székely Keserves (choir)
14 The musicmakers, an ode (choir & piano)
15 Norvég Leányok

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Acerca de este CD

Los directores que han trabajado con el Coro de la Radio Flamenca (Flemish Radio Choir o VRK) lo sitúan sin dudarlo al lado de los otros dos grandes coros de cámara europeos: Accentus y el RIAS Kammerchor. Su seguridad técnica, capacidad de expresión y profundo conocimiento de los repertorios, además de su gran visión y originalidad a la hora de confeccionar sus programas, son los factores decisivos para la incorporación de este grupo de elite a la selección artística de Glossa. Aparte del trabajo regular con su director titular, el belga Johan Duijck, ya se anuncian conciertos y grabaciones con maestros como Paul Hillier o Hervé Niquet, en lo que será (es) una nueva y fascinante línea de trabajo dentro de nuestro sello.

Compuesta durante los años de la Segunda Guerra Mundial y acabada en 1944, la Missa Brevis tendría su estreno en 1945, nada más terminados los enfrentamientos, en la Ópera de Budapest (donde se habían visto obligados a refugiarse Kodály y su esposa en el último periodo de la contienda). Se trata de una de las obras corales con acompañamiento más notables de su autor, en la que se perciben sublimados los sufrimientos e incertezas propios de aquel inacabable periodo. Pero la Missa Brevis viene a ser antes que nada un canto a la esperanza, un poema musical de extraordinaria transparencia escrito en alabanza tanto de la divinidad que rige el destino de hombres y naciones como del sentir religioso (arraigado siempre en las esencias populares), por cuanto se manifiesta en el interior de los creyentes para reconfortarlos y vigorizarlos en las circunstancias más difíciles.

Dijo Kodály: «Nuestra época de maquinismo ha emprendido la vía de transformación de los hombres en máquinas; sólo el espíritu del canto puede salvarnos de ese peligro». Su vigoroso lirismo, su vibrante entonación, pero también su alternancia de contención y júbilo, convierten esta obra en un formidable ejercicio de refinamiento sonoro, en una amalgama de impresiones sonoras de singular riqueza y sensibilidad, en motivo de disfrute constante para cualquier oyente que le exija a la música no tanto cierto poder, algo banal, de relajación, sino en todo caso una momentánea suspensión de lo que se ha llamado «la prosa del mundo»...